Test de antígenos: pruebas que acortan significativamente los tiempos de espera de los resultados y simplifican el muestreo en comparación con las pruebas de PCR lanzadas al mercado. Además, igualan su fiabilidad hasta en un 97%.
Hace unos días nos despertamos con la noticia de que el Ministro de Salud, Ginés González García, anunciaba la implementación de nuevos test de coronavirus que podrían detectar personas infectadas por el SARS-CoV-2 de forma más rápida.
Muchos pensamos que eran las conocidas pruebas rápidas que buscaban anticuerpos con una gota de sangre del paciente… pero no fue así.
Se trataba de nuevos test rápidos de covid-19 de antígenos, más fiables y convenientes y que también pueden tener un efecto muy positivo en el control de la pandemia. Con esto en mente, surge la pregunta: ¿son realmente tan buenos como parecen? Veamos.
¿Son realmente nuevos?
De hecho, ese no es el caso. El pasado mes de abril, los gobiernos de muchos países de América del Norte y Europa adquirieron un lote de este tipo de pruebas a un fabricante chino.
Lo que sucedió entonces todos recordamos: el hecho de que su sensibilidad no superó el 30% lo obligó a retroceder. Y se generó malestar y sospecha.
En esta ocasión, reguladores, como la FDA de Estados Unidos, se han tomado muy en serio la regulación de este tipo de pruebas en el mercado, y en la última semana de agosto aprobaron la comercialización de dos pruebas de antígenos a dos empresas farmacéuticas.
¿En qué se diferencian del resto de pruebas?
Las pruebas de antígeno buscan en nuestros fluidos fragmentos o restos de ARN del virus SARS-CoV-2. Por otro lado, las pruebas de anticuerpos buscan la presencia de defensas que nuestro organismo produce frente a este virus.

Es decir, con estas nuevas pruebas, que se logran con PCR, descubriríamos a las personas que actualmente están desarrollando la enfermedad [y se pueden aislar y controlar] y no a las que ya la han tenido.
¿Son realmente fiables?
Sin alcanzar la fiabilidad de una prueba de PCR, las pruebas que detectan la presencia de antígenos ofrecen resultados más que aceptables y coinciden en un 97,6% con la técnica de PCR.
Además, estas pruebas son exactamente tan fiables como una PCR si se realizan dentro de los primeros tres días después de la aparición de los síntomas. De ahí su utilidad para uso masivo.
Las pruebas de antígenos muestran una fiabilidad media de entre el 87% y el 97%.
¿Qué tan rápidos son?
Depende del laboratorio que lo haga. Pero la diferencia entre los diferentes modelos no supera los tres minutos. Así, si nos fijamos en la prueba británica, obtendremos el resultado en 12 minutos. Por su parte, la prueba estadounidense ofrece lo positivo o lo negativo en una cuarta parte.
Esto representa un gran paso, una revolución completa en el control de la propagación del virus si lo comparamos con las pruebas de PCR, que tardan varias horas en dar los resultados finales.
¿Cómo se hace el test?
El proceso es mucho más simple que la prueba de PCR y es similar a la popular prueba de embarazo… pero sin orina.
Se toma una muestra de la membrana mucosa de la nariz del paciente con un hisopo y luego se coloca la muestra en un trozo de cartón del tamaño de una tarjeta de crédito para un reactivo.
¿Cómo aparecen los resultados?
Pasados unos minutos (12 o 15, según el modelo utilizado) podemos leer los resultados directamente en el recuadro: una línea de color si el resultado es negativo y dos líneas si el resultado es positivo por el contrario.
¿Esta prueba hará que desaparezca la PCR?
No, en algunos casos se seguirán realizando pruebas de PCR, pero claramente se harán mucho menos.
Estas pruebas de antígenos se pueden realizar directamente en centros de atención primaria, fuera del hospital, en hogares de ancianos, etc.
Este es especialmente el caso en lugares sensibles que anteriormente dependían de un laboratorio cercano donde se pueden enviar muestras para evaluar la salud de pacientes y residentes.
Esto implica cierta independencia y un mejor enfoque diagnóstico.
¿Cuáles son sus beneficios?
La velocidad de detección de la presencia del virus hará que el tratamiento y control del patógeno sea mucho más fácil y efectivo, y acortará los tiempos de aislamiento preventivo hasta que se conozca el resultado, que con demasiada frecuencia va más allá de unas pocas horas.
Su sencillez y bajo costo también los harán comunes en los centros laborales y educativos, donde sirven para excluir o confirmar cualquier brote entre el personal o los estudiantes.